¿Quién puede saberlo?
Pero quizá esta pregunta que superficialmente parece frívola, sea el disparador que nos motive a investigar, aprender y desarrollar hábitos saludables."
En principio podríamos decir que la presencia de estrógenos nos predispone, y cuanto más estrógenos tenemos… ¡más celulitis!
Habrás visto que hay dos tipos de cuerpo de mujer: peras y manzanas.
Y esto ¿por que?, porque las mujeres que tenemos más estrógenos acumulamos más tejido graso en la zona glútea y silla de montar (cuerpo de pera), mientras que con menos predominio estrogénico hay más grasa centro abdominal (cuerpo de manzana), menos cintura … pero también ¡menos celulitis!
La vida es justa: cuerpo de pera… piel de naranja!
Además tenemos que considerar varios factores:
- una leve predisposición familiar ( de ahí el dicho de “mirá a tu suegra para saber como será tu mujer en 20 años”),
- un estilo de vida sedentario (contra el que protestamos pero sostenemos),
- una vestimenta inadecuada (que impida la buena circulación sanguínea y linfática),
- el consumo excesivo de hidratos de carbono (que producen un estado crónico de inflamación tisular),
- el bajo aporte de agua,
- trabajos que nos obliguen a estar sentadas o paradas por tiempos prolongados ,
- el consumo de alcohol que impide la metabolización de los desechos,
- el tabaco que altera nuestra circulación
- el stress (¿quién no lo padece?)
- y la falta de felicidad (que hace que todo nuestro metabolismo se resienta)
¿Cómo comienza este proceso?
Es muy simple: generalmente en torno a nuestro período menstrual tenemos retención hídrica, que se reabsorbe paulatinamente; pero todos los factores que mencionamos hacen que eventualmente el edema que se genera en el síndrome pre menstrual se haga crónico. Ahí comienza el problema, ya que la matriz extracelular, que es el tejido que hay entre célula y célula, se espesa y se transforma en un gel viscoso (de ahí el nombre con el que también se denomina a esta patología: fibroedema geloide). Este hecho impide el intercambio celular, los adipocitos (células grasas) comienzan a aumentar de tamaño y la matriz comienza a tener un proceso fibrótico (cicatrizal), se hace rígida, y aparecen los nódulos propios de la celulitis, con compresión de vasos sanguíneos y linfáticos (lo cuál refuerza el trastorno circulatorio) y de nervios (de ahí que la celulitis duela), lo que da el típico aspecto de piel de naranja.
En resumidas cuentas podemos decir que hay tres alteraciones en cualquier proceso celulítico:
1- edema
2- aumento de células adiposas
3- alteración de la matriz extracelular que lleva a la fibrosis con producción de nódulos
Y como si esto fuera poco, hay un cuarto factor que agrava la celulitis ¿oíste hablar de la flaccidez?, seguramente sí, y ella es la responsable de que tu celulitis se vea peor de lo que realmente es. Para saber si tenés flaccidez colocate parada frente al espejo, y traccioná tu piel levemente hacia arriba. Si la celulitis de la zona mejora notablemente al tener la piel sostenida: entonces tenés flaccidez.
Pero ¿qué podemos hacer contra la celulitis?
Valorá tu dieta. Informate. Una buena manera de comenzar sería buscar asesoramiento nutricional. Disminuí el consumo de azúcares simples, harinas refinadas, grasas saturadas y sal. Comé más verduras y hortalizas y aumentá el consumo de fibra. Dale importancia al momento de alimentarte y a la calidad de los alimentos. Tomá agua: agua pura en buena cantidad diariamente, esto también mejorará tu constipación la cuál empeora el proceso y genera distensión abdominal. Movete. Realizá una buena actividad física que mejore tu circulación, tonifique tus músculos y oxigene tus tejidos haciéndote sentir activa y enérgica. Usá ropa adecuada, dejá esas medias que te aprietan y te cortan la circulación ¡y que llevás puestas todo el día! No fumes o empezá por prender menos cigarrillos a diario o apagarlos antes. Tomá poco alcohol, reservalo para ocasiones especiales. Y hacé cosas que te hagan sentir bien, combatí el estrés con una sonrisa, poniendo lo mejor cada días. No te olvides que nuestro cuerpo habla por nuestra mente y nuestra alma.
¿Qué tratamientos estéticos pueden ser efectivos?
Sin mejorar tu estilo de vida: ninguno.
Los tratamientos estéticos son el tercer componente de un trípode en el que también intervine la dieta y el ejercicio. Si no mejorás tu vida en general todos los esfuerzos serán en vano. Pero si estás dispuesta a lograr un cambio beneficioso podés utilizar alguno de los siguiente:
- Botas de presoterapia
- Electroporación
- Drenaje linfático manual
- Masajes anticelulíticos y circulatorios
- Vendas frías
- Contractores
- Radiofrecuencia
- Ultracavitación
- Mesoterapia
- Carboxiterapia
- Asesoramiento nutricional personalizado
La elección de cada uno de ellos debe estar basada en una adecuada evaluación profesional. Consultá. Asesorate. Empezá por pequeños cambios firmes y progresivos, y con constancia lograrás cambios duraderos en el tiempo.
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